Todos reconocen la foto icónica del álbum debut de los Ramones de 1976. ¿Pero cuántos han visto la imagen, tomada con el mismo rollo de película, de Dee Dee muerto de risa persiguiendo a sus compañeros -fuera de la toma- con un palito en la mano? “Outside The Lines” es un nuevo libro que compila atrapantes imágenes de los discos más representativos de la transición del punk a la new vave, rescatando imágenes desconocidas y contando las historias que hay detrás de las mismas y el proceso creativo que las acompañó, todo acompañado con anécdotas, entrevistas y declaraciones de primera mano a cargo de los mismos fotógrafos. Tanto para fans de la música de esta etapa o amantes del estilo punk, este libro es un tesoro imperdible.

RAMONES circa 1976, sesión para la tapa del album debut, foto de Roberta Bayley: “En marzo del ’76 la revista Punk me pidió un servicio fotográfico con los Ramones (…) Fotografié a los pibes en un baldío, detrás del alambrado que lo rodeaba, luego contra una pared y luego contra otra. Tomaba imágenes velozmente porque sabía que en general las bandas se sienten incómodas frente a la cámara. Pero los Ramones estaban muy tranquilos, nos conocíamos y estábamos entre amigos. En cierto punto Dee Dee pisó una caca de perro. Se la sacó de la suela con un palito y luego, con el palito en la mano, se puso a correr a los otros tres, que se escaparon. Yo seguí tomando fotos. En menos de una hora habíamos terminado y me fui a casa a revelar el rollo. Una semana después me llamó Danny Fields, el manager de la banda, porque las fotos que Sire Records tomó del grupo no le gustaban, y necesitaban una porque el disco estaba por salir. Eligió dos fotos y me pagaron U$125, una cifra ridícula, pero yo amaba a los Ramones y me parecía lindo hacer la tapa de su disco. El resto es historia”.

“Outside The Lines – Lost Photographs Of Punk And New Wave’s Most Iconic Albums” (2016) resulta un viaje fascinante a la escena musical punk-new wave; para ello el libro utiliza el punto de vista fascinante y oblicuo de los vinilos de aquella era, que comprende entre 1976 y 1982. Son los años, explica su autor Matteo Torcinovich en el prólogo, en los cuales el punk se configuró como algo “más amplio que un simple fenómeno musical, no obstante la coexistencia en su interior de visiones opuestas y contradictorias”. Dentro del fenómeno, de hecho, además de la música se encuentran el diseño, la fotografía, la poesía, la literatura, las performances. Un movimiento que se volvió “una actitud, una estética, una auténtica vanguardia artística”.

THE DAMNED circa 1977, foto para la tapa de “Damned Damned Damned”, tomada por Peter “Kodick” Gravelle. “No sé de dónde saqué la idea de los pasteles. Fue mi idea. Creo que fue porque pensé que sería visualmente efectiva. El día de la toma, dos chicas que eran las peinadoras quedaron a cargo de los pasteles de crema. Llegamos al estudio y no había pasteles de crema: las chicas consiguieron una base de flan, crema de afeitar, ketchup y mostaza… y nos tuvimos que arreglar con eso. Tengo que decir que los muchachos estuvieron muy cool con todo el tema – la crema de afeitar mentolada te irrita los ojos. Sí, yo estaba a cargo. Alguien tenía que estarlo. Era mi sesión. Mirando atrás, fue un caso de piezas azarosas que se juntaron sin un significado real. No lo pienses, solamente hacelo…”

Torcinovich, diseñador gráfico de profesión y amante del punk rock, amplía el concepto: “El punk ha sido indudablemente el último movimiento de vanguardia revolucionario, no tanto musicalmente hablando sino en su carácter de vestuario para las energías creativas que liberó en casi todo el mundo. El punk es el hijo adolescente de las vanguardias históricas del Novecento, hijo rebelde, revoltoso y sin grandes pretensiones, más allá de aquella de cambiar el mundo – recordemos la frase en la camisa de la dupla Westwood-McLaren: ‘Be Reasonable, Demand The Impossible’ (N. sean razonables, pidan lo imposible). Mucho se ha escrito, la mayoría de las veces inapropiadamente. Definirlo equivale a matar su verdadera naturaleza, que es delirio y deseo; la actitud ‘I Wanna Be Me’ y ‘Do It Yourself’ es el alma misma del punk, alma que desconoce cualquier paternidad, hasta la más evidente, por puro espíritu de contradicción”.

El autor, que realizó este volumen con la colaboración del diseñador italiano Sebastiano Girardi, dividió el libro en dos partes -británica y estadounidense- y eligió 46 discos de bandas conocidas y no tanto: Ramones, Heartbreakers, Blondie, Iggy Pop, The B-52’s, Lydia Lunch, Plasmatics, Suicide, The Damned, Ian Dury ,The Jam, Ultravox!, David Bowie, Elvis Costello, Lene Lovich, Generation X, Nina Hagen Band, The Cure, Yellow Magic Orchestra, Public Image Ltd, The Specials, Joe Jackson, The Pretenders, Echo and the Bunnymen, Bow Wow Wow, Japan, Depeche Mode y Bauhaus, entre otras.

DEPECHE MODE circa 1982, arte de tapa para “A Broken Frame”, foto tomada por Brian Griffin. La foto es una sublime remake de la pintura “The Reaper In Red” de Kazimir Malevich. El tema, fuertemente influenciado por el realismo social, adquiere una intensidad dramática gracias al día lluvioso, que le da a la imagen un toque del romanticismo alemán y volvió a esta tapa un ícono del pop de los 80.

Para cada disco vienen presentadas, en pequeño formato, la imagen de la tapa finalmente producida e insertada en el mercado; en tamaño grande, en cambio -junto a los recuadros dedicados al músico o al grupo y al testimonio del fotógrafo- se incluye una de las imágenes del trabajo, una foto tomada y luego descartada a la hora de elegir aquella publicada; documentos invaluables para descubrir el sabor de toda una época. Son los descartes, asegura Torcinovich, los que ayudan a comprender la genesis de la imagen que luego deviene icónica junto al disco. Las tapas de los discos en vinilo, recuerda el autor, “no son solamente imágenes que representan la música: nacen junto al producto musical y permanecen indisolublemente ligadas en el tiempo, incluso si no han sido específicamente concebidas como medio para describir el contenido; son un complemento necesario, que enriquece al álbum con significados, contribuciones disciplinarias y lenguajes que conducen a un mismo contexto histórico”.

DAVID BOWIE circa “Heroes”, 1977, foto de Masayoshi Sukita: “Lo único que Bowie me pidió fue que tuviera listas varias camperas de cuero. No le pedí que hiciera nada en especial – creo que es lo mejor para fotografiar en cada situación particular. Sólo me concentré en capturar buenos momentos de sus movimientos únicos”.

Las fotografías recuperadas por Torcinovich son de una rara belleza, expuestas en páginas efervescentes, de colores en trazos dolorosos o en elegantísimo blanco y negro… “Outside The Lines” no sólo es un libro de arte sino una micro-obra de arte, que no merece abandonarse a juntar el polvo en una mesita de café; más bien amerita una revisión diaria para dar a los ojos y al espíritu rocker un permanente encuentro con las raíces del pasado y la maravilla del presente. A continuación, algunas fotos acompañadas de comentarios de sus autores y la versión final que terminó en cada tapa… Mientras las disfrutan, si quieren adquirir el libro vayan a este link.

THE B-52s circa 1979, foto de George DuBose: “Tuve la idea de hacer un poster en blanco y negro de 40 x 50 cm para repartir y pegar en los clubes donde tocara la banda. No tenía idea acerca del engrudo, y luego de que pegué con chinches los posters alrededor de la manzana de Nueva York donde estaba el Max’s Kansas City y volví al lugar donde había empezado, se habían llevado todos los posters. Ahí comencé a venderlos por 52 centavos, o dos por un dólar”

THE JAM 1977, foto de Martyn Goddard: “No logro recordar si fue por un tema de tiempos o de presupuesto, pero Bill y yo azulejamos las paredes la mañana de la sesión fotográfica, el 2 de marzo de 1977, y fue Bill quien tomó el aerosol de pintura negra y en un solo intento produjo el icónico logo en los azulejos de cerámica blanca, mientras el pegamento se estaba secando”.

BLONDIE circa 1978, foto de Martyn Goddard: “La imagen de ‘Parallel Lines’ fue de una sesión que organicé para producir una foto para el Telegraph Magazine de Inglaterra. Fue tomada en la suite de Debbie Harry en el Gramercy Park Hotel”.

IGGY POP circa 1982, foto de Esther Friedman: La Iguana aparece brindando con Seven Up en una toma de descarte de la sesión para su álbum “Zombie Birdhouse”.

THE SPECIALS circa 1979, foto de Chalkie Davies: La banda posa en el techo de un cine durante la sesión fotográfica que resultaría en la tapa de su album debut autotitulado.

YELLOW MAGIC ORCHESTRA, arte de tapa de “Solid State Survivor”, 1979, tomada por Masayoshi Sukita. La foto de los músicos, que parecen maniquíes, autómatas o robots, ayuda a lograr la idea de lo sintético – un tema recurrente entre varios grupos y artistas de la new wave. Los músicos de la YMO eran vistos como innovadores influyentes en el campo de la música electrónica, y contribuyeron al desarrollo del synth-pop, ambient house, electronica, electro y otros géneros.

DAVID BOWIE circa 1979, sesión para el álbum “Lodger”, foto tomada por Brian Duffy. En la foto central del álbum, la imagen de Bowie como la víctima de un incidente callejero viene asociada a la imagen del cadáver del Che Guevara y a una reproducción del Cristo Muerto de Mantegna. Según Boshier, “la tapa fue fruto de la colaboración entre Bowie, Duffy y yo. Me gustaba muchísimo la solución al problema de David fotografiado mientras caía: encuadrándolo desde arriba, sobre una armazón tipo mesa, construida especialmente para estar completamente cubierta por el cuerpo de David; el lavatorio fue colocado bajo la mesa, en el piso”.

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